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Todo sobre la dieta mediterránea

La dieta mediterránea es mundialmente conocida por ser una de las más saludables. En función del lugar geográfico, ésta cambia en algunos aspectos ya que está estrechamente ligada al producto local de la zona. Pero, contradiciendo el pensamiento de muchos, la dieta mediterránea no es ningún régimen o un tipo de dieta como tal, sino que es un conjunto de hábitos de la región.


Estos hábitos, en general, son:


  • Elevado consumo de frutas, verduras y hortalizas como la patata.

  • Ingesta reiterada de legumbres, frutos secos, pan y otros cereales.

  • Uso de aceite de oliva (AOVE) para cocinar y aliñar.

  • Consumo de vino y/o cerveza.

  • Utilización de productos frescos y de temporada.

  • Estilo de vida activo.


Algo que tenemos que tener en cuenta es que no todos los aspectos de este modelo dietético son correctos.


Beneficios:


Por su alto contenido de alimentos vegetales, puede sernos de gran ayuda para la prevención contra enfermedades crónicas, siempre que mantengamos el consumo de verduras y frutas durante toda la vida.


El consumo de AOVE en la dieta nos garantiza una incorporación de grasas monoinsaturadas, que ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares. Además, el consumo en cocina de este alimento desplaza el uso de la mantequilla o margarina, que nutricionalmente no son tan ricas.


El consumo de pescado en general, y en específico el pescado azul como las sardinas por su contenido en omega-3.


Grosso modo, la base de esta alimentación, basada en verduras, alimentos frescos y ricos nutricionalmente como son las legumbres, frutas, proteínas de alto valor biológico y frutos secos, ayuda a mantener un buen estado de salud.


Desventajas:


El consumo de alcohol que se asocia a esta dieta no es beneficioso, pese a que siempre se ha incentivado lo contrario por su contenido en polifenoles. En primera instancia, los polifenoles son antioxidantes que también encontramos en lentejas, judías, guisantes, frutas de color rojizo, algunos frutos secos y cereales, AOVE y chocolate. Encontramos estudios (1 y 2), entre otros, que desmienten este mito y que además vinculan el consumo de alcohol, aunque sea moderado, con mayor probabilidad de padecer varios tipos de cáncer en un futuro.


Por lo que, en resumen, es una mala opción consumir alcohol, ya que no aporta más que los alimentos anteriormente citados.


Hoy en día, la dieta mediterránea ha cambiado y la población ha introducido más alimentos procesados, calóricos y con mayores cantidades de azúcar y grasas, por lo que el concepto de “dieta mediterránea” ya no es lo que en un principio era.


La dieta mediterránea es una muy buena opción siempre que se siga de forma correcta y con las pautas adecuadas. Si optamos por seguirla, tendremos menos posibilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares y obesidad, a la vez que reduciremos el riesgo de sufrir fracturas óseas.

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